Postura y movimiento. La postura que adopta cuando se sienta, trabaja, conduce e incluso duerme, puede ejercer presión sobre los hombros y el cuello. Esto puede tensionar los músculos de la parte posterior de la cabeza y provocar dolores de cabeza.

Levantamiento y manipulación de cargas. Esto puede causar tensión en la espalda y el cuello, especialmente si se manipula demasiado peso, se hace de forma incorrecta o se utiliza una mala técnica de levantamiento.

Determinados deportes. Actividades que implican saltar, correr o hacer movimientos bruscos como arranques, paradas o cambios de dirección puede golpear el cuello y la cabeza. En consecuencia, puede producirse tensión muscular y dolor. El levantamiento de pesas y otras actividades que requieren fuerza en la parte superior del cuerpo pueden ocasionar tensión en los músculos del cuello y los hombros.

Tensión en la mandíbula. Apretar la mandíbula o rechinar los dientes puede causar tensión y dolor. Esto puede ocurrir mientras uno duerme sin que lo sepa.

Problemas de la vista. La fatiga ocular puede provocar tensión en los músculos alrededor de los ojos. O bien, un problema con la graduación de sus anteojos puede hacer que ponga la cabeza en un ángulo incómodo. Es posible que esto provoque tensiones en el cuello y dolores de cabeza.

Estrés emocional. Son muchos los factores que provocan estrés emocional: exceso de trabajo, problemas familiares, problemas económicos o cambios de vida repentinos. Todos esos factores podrían generar tensión muscular.

Cambios en la postura y el movimiento. Cambie la disposición de su espacio de trabajo y de su automóvil. Aprenda y mantenga una buena postura. Evite las posturas que supongan un esfuerzo para el cuello o los hombros. Asegúrese de que la ropa de cama y las almohadas le proporcionen un buen apoyo. Evite dormir en sofás, sillas o en el piso cuando haya una cama disponible. 

Levantamiento y manipulación de cargas. Aprenda buenas técnicas de levantamiento. Asegúrese de utilizar las herramientas y los equipos adecuados para el levantamiento.

Cambio de deporte. Cambie a un deporte de bajo impacto. Para aliviar la tensión en el cuello y la cabeza, reduzca las actividades que desencadenan los dolores de cabeza.

Tratamientos dentales. Consulte a su dentista si cree que la causa de sus dolores de cabeza es la tensión en la mandíbula o el rechinar de dientes.

Anteojos nuevos. Compre un par de anteojos adicionales adaptados para leer o trabajar con la computadora. Esto ayuda a reducir la fatiga ocular y a mantener el cuello en un ángulo cómodo.

Control del estrés. Aprenda técnicas de relajación y reducción del estrés emocional, como la respiración profunda, la visualización, la relajación progresiva y la biorretroalimentación. Los hábitos de sueño regulares también pueden ayudar a controlar el estrés.

Sueño y alimentación regulares. Es importante tener un ciclo de sueño regular y evitar saltarse las comidas.

Los ejercicios para el cuello ayudan a mantener los músculos del cuello relajados durante el día. Pruebe los ejercicios para el cuello que se muestran en esta página. Comience en una posición neutra (relajada, centrada). Haga tres repeticiones cada dos o cuatro horas a lo largo del día. No haga estos movimientos rápidamente, ni flexione o extienda demasiado el cuello. Pare de inmediato si siente dolor.

El ejercicio aeróbico de bajo impacto ayuda a mantener los músculos fuertes y flexibles. Así se evita la tensión y el dolor que provoca.

Los estiramientos, el tai chi y el yoga  ayudan a mantener los músculos flexibles. Además, pueden ayudar a aliviar el estrés emocional.

Baje la oreja izquierda hacia el hombro izquierdo. Vuelva a la posición neutral. Repita del lado derecho.

Baje el mentón hacia el pecho y vuelva lentamente a la posición neutral.

Mire hacia la izquierda. Vuelva a la posición neutral. Luego, mire hacia la derecha.

Mueva la cabeza hacia delante y hacia atrás manteniendo la parte superior de la cabeza nivelada.